09 noviembre, 2010

El día de la marmota

Esto de tener al señor esposo de viaje, hacendo el World Wide Tour, como yo le llamo, tiene consecuencias fatales en todos los aspectos de mi vida diaria:


5,30 am: El señor esposo se levanta para ir al aeropuerto, abre el grifo de la ducha (ruido), se afeita mientras sale el agua caliente (más ruido), vuelve del baño para vestirse (mucho más ruido), cierra la maleta... y aquí ya no puedo dormir más y mi humor mañanero, ni es humor, ni mañanero ni ná de ná! "Cariño, hasta pasado mañana", te planta un beso en los morros y se va a pasar un par de días lejos de la familia, trabajando mucho (o por lo menos, eso dice él, mmmm)


6,15 a: Sin poder pegar ojo de nuevo, total me quedan 10 minutos antes de que suene el despertador, enciendo la tele, arrebujada en la cama. Las noticias me ponen de más mal humor si cabe y encima me empieza a llorar el ojo izquierdo, lo que me recuerda que debo ir al oculista a que me lo mire (*). Me voy a la ducha.


6,50 am: Ya vestida y con el ojo aún lloroso, voy despertando a las peques. Lo mejor de esta madrugada ruidosa y malhumorada: cuando me abrazan y me dicen que no quieren ir al cole, que quieren quedarse conmigo. Contemplo la perspectiva de presentarme en el trabajo con las dos y ponerlas a pintar dibujos de princesas en la mesa que tengo al lado, viendo cómo la cara del jefe pasa de la estupefacción a la comprensión y me dice: "Anda, anda, vete a casa a descansar con tus niñas..., no te descontaremos ni un día de tu sueldo". Mientras este sueño se diluye, intento vestir a las nenas sin dejarme un calcetín o un botón por abrochar. Mi ojo sigue llorando a mares.


7,20 am: Me seco el ojo como puedo e intento ponerle rimmel sin acabar pareciendo Chucky y pongo abrigos, cierro mochilas con desayunos y meriendas dentro y salgo pitando de casa con dos criaturas colgadas de mis manos, arrastrando dos mochilas enormes (¿por qué, Señor, por qué?, ahora me acuerdo de Adán y Eva y no es nada bueno lo que pienso sobre ellos!).


7,30 am: Las peques suben al bus y se van con cara feliz y en el intervalo un alumno ya me ha endosado una caja de polvorones y me ha soplado 10 euros... me consuela pensar que algún día mis hijas también le harán lo mismo a otros padres novatos! ñejñejñej (léase como risa diabólica)


8,55: Llego al trabajo. Aquí hay poco que explicar. Objetivo del día: Intentar quitarme de encima todos los marrones que tengo con banderilla roja en el outlook. Hecho un vistazo: 65 banderillas rojas; si acabo el día con solo 10, me doy por satisfecha. Empiezo a odiar la pantalla home cinema que me colocaron. Acabo el día hecha un cuatro y con un tic en la mano derecha.


18 pm: Llego a casa, voy a comprar, cambio el móvil (el mío se está suicidando), voy a buscar a Claudia a la logopeda, llamo a una amiga para ver cómo está su peque recién nacido, volvemos a casa, y... me encuentro a mis padres en casa, que han venido a ver a las nietas, ¿traeran cena? Pues no. Si, lo sé, es poco sensible decir algo así, pero mi nivel de toleracia es cero y cualquier ayuda sería bienvenida.


19,00-22,00 pm: Baños, preparar ropa para mañana, hacer cena, preparar bocadillos y meriendas para el día siguiente, pensar en la mochilas de la piscina, intentar que cenen, cenar, lavar platos, tender ropa..., bueno, lo que de tiempo a hacer sin quedarme catatónica mirando como gira el bombo de la lavadora.


22,30: Por fin llego al sofà y miro mi cesta de lanas con cara de pena. ¿Estas son horas de tejer? pero si no puedo ni aguantar las agujas en las manos, cómo demonios voy a contar los calados, los aumentos...? desisto de hacer nada. Aún debo dos canastillas de recién nacido, ¿no sería mejor comprar un regalo convencional? ¿y que hay de aquel chal maravilloso que tengo a medias?... en fin, lo consultaré con la almohada.

23,15 pm: me meto en la cama y... !no puedo dormir! venga dar vueltas y vueltas, cojo un libro de esos que tengo catalogados como "somníferos inócuos" y a las diez páginas se me cierran los ojos, bueno, uno: el otro sigue llorando. Finalmente me duermo. Mañana será otro día...


Día siguiente:


Igual, pero sin ruidos mañaneros...





(*) Helena me metió la uña en el ojo, hace algún tiempo, pero parece que con el estrés y el insomnio la cosa se pone fea. Habrá que ir al médico.

3 comentarios:

albis dijo...

Guapi, aguanta que només són uns dies! Jo lo dels "ruidos mañaneros" ho aguanto cada dia i és insuportable, sobretot si al cap de poca estona t'has de llevar.

En fi, valor i al toro, que ets una superwoman!

Nutsue dijo...

Noia, et veig una mica estressada...anima't una mica, vingaaaa.

Anónimo dijo...

Solo de leerte ya estoy agotada.Yo desde el cambio de hora me duermo por todos lados....
Cuidate ese ojo quizás tengas una pequeña ulcerita.Muchos besos.Mari Cruz

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