04 diciembre, 2007

Viejos tiempos

He leído hace poco este post de Mae, y me he acordado de una empresa para la que trabajé hace ya muchos años (época de recesión económica y tenía que trabajar por ETT en lo que saliera). Aquello no era una empresa, era un campo de concentración al más puro estilo nazi. El dueño pretendía tener una empresa modelo a base de tener acojonados a los empleados. Pero si hasta teníamos que limpiar las plantas con cerveza para que brillaran!!!

A la semana de estar allí me llamó a filas el director de la ETT, para comentarmer que al Sr. X le molestaba que yo no fuera muy cuidadosa con los minutos que gastaba en desayunar... es decir, que él pensaba que desayunar era malgastar el tiempo, y como casi todos los empresarios, no contaba los minutos que yo gastaba en salir más tarde de mi hora, supongo que era como un impuesto revolucionario que sus empleados necesariamente tenía que pagarle para que él fuera más feliz.

Recuerdo también que me criticaba por que no sabía decir en inglés ni "costilla" o "espalda de ternera" (era una empresa cárnica del Mercabarna) con lo cual yo, muy aplicada, me busqué la vida y me hice un dibujo de un cerdito, una vaquita, un corderito y cualquier tipo de animal comestible diferenciando sus diferentes partes en inglés, francés (no tenía ni idea de pronunciarlo en aquel momento) y castellano. Pero eso para él no contaba, ni el esfuerzo que yo tenía que hacer para no vomitar cada vez que llegaba a su perfecta empresa por la mañana.

Me cambiaron de trabajo, y fuí a parar a otra empresa donde me lo pasé genial durante casi tres años y aprendí un montón. Pero al mes de estar en esta nueva empresa, el mismo perfecto empresario que me criticaba volvió a llamarme vía ETT para que volviera, por que al parecer yo no lo hacía tan mal. Sobra decir lo que le respondí al director de la ETT... menos mal que él si que me comprendía y no me cambió de sitio.

En aquel momento pensé que no sabía dónde podía acabar laboralmente hablando, pero sí que sabía a dónde no quería ir a parar, lo cual ya es mucho.

1 comentario:

MILA dijo...

Creo que lo peor que puede ocurrirle a alguien, en cualquier ámbito es que no se le valore lo que hace bien o lo que hace de más, y en cambio se incida en cosas supuestamente mal hechas.
Para el carnicero de Nuremberg:¡ que le den con un solomillo de buey!

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